Basílica de la Sagrada Familia
La Basílica de la Sagrada Familia es la obra más importante de Antoni Gaudí y uno de los símbolos de Barcelona.
El proyecto del templo de la Sagrada Familia nació en 1866 a partir de un encargo del filántropo barcelonés, Josep Maria Bocabella y Verdaguer, fundador de la Asociación Espiritual de Devotos de Sant Josep.
Esta asociación compró una finca para construir el templo. El área ocupaba una extensión aproximada de una isla de casas del Pla Cerdà.
Inicialmente, el proyecto lo dirigió el arquitecto Francisco de Paula Villar, bajo un diseño de estilo neogótico, pero poco tiempo después y por discrepancias con los promotores, abandonó la dirección de la obra, y el encargo pasa en manos de Antonio Gaudí.
La construcción empezó en 1882, durante la festividad de Sant Josep, en un acto solemne que presidió el obispo de Barcelona.
Antoni Gaudí ideó el templo con un conjunto de diecisiete torres que representarian los doce apóstoles, los cuatro evangelistas y la Virgen María, coronados por otra torre de 170 metros que simbolizaría a Jesús. El templo, incluiría tres fachadas en homenaje en el Nacimiento, la Pasión y la Gloria de Salvador.
El templo soñado por Gaudí, sufragado únicamente con donaciones, se conceptualizó como un espacio de oración por los obreros de la Barcelona industrial que iban a la Iglesia a buscar consuelo.
Es por eso que es conocida popularmente como la catedral de los pobres.
