Una bebida... mediterránea?

El sabor de prusiano, en el Eixample barcelonés.

Actualmente es la sede de eventos de ocio y conciertos como los de La Mercé, y aunque los géneros musicales que acompañan las fiestas pueden cambiar, hay un elemento que siempre se mantiene: la cerveza. La familia Damm fundó la gran factoría de cerveza de la calle Rosselló en 1905, tras la fusión con otras pequeñas productoras locales como Puigjaner y Fabre o La Bohemia.

Huyendo de la guerra francoprusiana, los Damm llegaron a Barcelona en 1872 dispuestos a hacer negocio con la bebida estrella de su país: la cerveza. Y lo consiguieron. La 'cerveza mediterránea' triunfó entre la población catalana y los índices de producción evolucionaban al alza. Tanto, que en la década de los noventa tuvieron que trasladar la factoría a una nave de grandes dimensiones en el Prat del Llobregat. En 1992, la calle Rosselló era testigo de la última partida de Estrella Damm envasada en Barcelona.

Sin embargo, y después de una rehabilitación exhaustiva, el edificio de la capital catalana aún conserva el aspecto original ¬-con su emblemática valla diseñada para Mariscal- y, actualmente, acoge la sede y varias oficinas de la compañía.