La Casa Planells, el final de una época

A caballo entre el modernismo y el racionalismo arquitectónico, el 332 de la avenida Diagonal acoge la que se considera la última obra de la corriente gaudiniana en Barcelona: la Casa Planells. Sólo el ingenio de Josep Maria Jujol fue capaz de resolver con éxito el escollo que el contratista Evel·lí Planells le encargó en 1923, y es que de un solar que apenas alcanzaba los 80m2, extrajo majestuosas viviendas de hasta 120m2. Las claves fueron los materiales sencillos, las formas redondeadas, y el juego de alturas, creando pisos dúplex que conectaban las plantas con una escalera de caracol.

 Sin embargo, Jujol concibió hasta tres proyectos diferentes para el futuro inmueble. Inicialmente, la petición de Planells respondía a una casa unifamiliar con un amplio jardín que, en un segundo plano, evolucionó en una simple vivienda para la familia. Pero la quiebra de la constructora obligó al propietario a repensar el proyecto y, finalmente, se optó por edificar varios pisos de alquiler.

 A pesar del enredo, Jujol consiguió levantar un edificio que significó el final de una época: el modernismo. Y es que precisamente son las influencias racionalistas las que permiten descubrir el profesional de quien sus coetáneos destacaban una personalidad propia y sin límites. Sin embargo, de la fachada de la Casa Planells también intuyen las influencias que el arquitecto adoptó de su admirado Antoni Gaudí, con quien colaboró ​​en el diseño cromático de la Casa Batlló, entre otros proyectos.