Siempre es tiempo de lectura
24 de abril de 2018
Una de las fiestas más populares de nuestra tierra es, sin lugar a dudas, Sant Jordi. Los orígenes de esta fiesta asociados al libro se remontan a los años ‘20 del siglo XX, cuando los libreros decidieron organizarse para salir a la calle con sus tiendas para presentar las novedades y fomentar la lectura. El éxito de la iniciativa hizo que se estableciera en el 23 de abril, como Día del Libro que coincide con la muerte de Cervantes y Shakespeare.
Desde sus inicios, se dio un gran impulso a la producción editorial catalana que se conserva todavía en la actualidad. La trascendencia de la festividad hizo que la UNESCO declarase el 23 de abril como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en 1995.
Leer es fundamental
Son muchas las iniciativas educativas que fomentan la lectura entre la ciudadanía. Partiendo de la premisa que la lectura es una de las piedras angulares para la adquisición de conocimientos y para inspirarnos y potenciar la imaginación.
La lectura es importante en tanto que aumenta los conocimientos y nos mantiene informados. Además, despierta nuestra imaginación, alimenta la inspiración y potencia el surgimiento de ideas. Es uno de los mejores ejercicios para nuestro cerebro y es capaz de liberar nuestras emociones.
A nivel de conocimientos, la lectura como hábito es una forma de mejorar la comprensión de textos, mejorar la gramática, aumentar el vocabulario y reforzar una escritura correcta. En definitiva, mejora nuestra capacidad de comunicación.
Barcelona en 2018
La Diada de Sant Jordi este año ha contado con prácticamente 900 puestos de libros en las calles de nuestra ciudad. Según los libreros, el volumen de ventas respecto a 2017 ha aumentado un 5%: se han vendido un total de 1,5 millones de libros con una facturación total de 19,2 millones de euros. Esta festividad representa entre un 5% y un 8% de la facturación anual en la venta de libros de la comunidad catalana.
Las cuatro tendencias más destacables en la actividad de la jornada han sido la compra de más de 1 título por persona; la adquisición de ediciones estándar; la diversificación de títulos vendidos y el aumento de las ventas de literatura en lengua catalana.