El Ensanche de Barcelona... ¡Arquitectura y verde!
18 de octubre de 2017
El barrio de la Sagrada Familia de Barcelona se encuentra dentro del distrito del Ensanche. Es conocido por tratarse del más poblado de España dado que más de 260.000 personas lo habitan. La gran cantidad de población que se concentra en él y, además, el hecho de encontrarse en una de las ciudades de referencia en el ámbito europeo hacen que se trate de una zona de incesante actividad 24 horas los 365 días del año.
Atractivo arquitectónico
Una de las características del barrio, más allá de su concentración de población, es precisamente el hecho de concentrar algunos de los monumentos más importantes de la ciudad. La Sagrada Familia es, como sabemos todos, el monumento más emblemático del arquitecto Antoni Gaudí y se encuentra en el corazón del Ensanche.
En el mismo distrito encontramos otra obra de Antoni Gaudí que es también reconocida y admirada internacionalmente. Se trata de La Pedrera, situada a la derecha del Eixample. La revista Time Out dice que se trata de "el último edificio laico de Antoni Gaudí" y que "es una hazaña audaz de la arquitectura y la culminación de los intentos experimentales del arquitecto para recrear formas naturales con ladrillos y un mortero". Según los datos, su construcción terminó en 1912 y todos la tildaron como extremadamente moderna para su tiempo. La historia ha querido cambiar las etiquetas que recibió el emblemático edificio y, en la actualidad, es otro de los principales atractivos turísticos arquitectónicos de la ciudad.
Racionalidad en estado puro
La cuadrícula absolutamente regular, solamente cortada por la Avenida Gaudí a modo de pequeña diagonal, fue concebida como una forma de expresar la igualdad social y, además, de favorecer el transporte. Esta planificación urbanística ha permitido que podamos disfrutar de avenidas anchas, llenas de árboles y con un aspecto pacífico que todos apreciamos.
El Ensanche de Barcelona es obra del arquitecto catalán Ildefons Cerdà. Destaca por su optimismo y la ilimitada previsión de crecimiento. Además, en honor a la igualdad que perseguía en esta planificación urbanística, no podemos ver en él un epicentro como sucede en otros barrios y distritos. Por otro lado, obsesionado por la higiene de la ciudad, el arquitecto diseñó calles lo suficientemente anchas como para garantizar la oxigenación de los espacios y parques lo suficientemente separados como para permitir la edificación y tan próximos como para garantizar pequeños pulmones verdes. El resultado final, pese a todo, fue algo distinto a lo ideado en el Plan Cerdà. Pese a ello, se trata de un diseño estudiado en distintas escuelas universitarias de todo el mundo.
