El comercio y los caminos escolares: una relación que beneficia el entorno
2 de octubre de 2019
El programa "Camí escolar, espai amic" es una iniciativa que promueve los hábitos saludables y la autonomía de los niños en su camino hacia la escuela. De paso, y nunca mejor dicho, dinamiza el entorno con la ayuda imprescindible de los comerciantes.
El pasado 20 de septiembre, coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, se inauguró un nuevo camino escolar en el distrito Sarrià-Sant Gervasi. Conocido con el nombre de Espacio Amigo de la escuela Frederic Mistral–Tècnic Eulàlia, este nuevo camino escolar dará servicio a los alumnos, las familias, el profesorado y el resto de la comunidad educativa de este centro. Para que su implementación sea un éxito y se mantenga en el tiempo, se cuenta con la colaboración de las tiendas y comercios amigos del entorno. Si desea conocer más a fondo la iniciativa de los caminos escolares y cuál es la relación de este programa con el comercio de proximidad continua leyendo.
Cuando el camino hacia la escuela transforma el entorno
El programa “Camí escolar, espai amic” es una red impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona que facilita a la comunidad educativa, especialmente a los niños, la ida y vuelta de la escuela de manera autónoma a través de rutas urbanas señalizadas con franjas verdes con las palabras "Camino escolar" pintadas los pasos de peatones. El programa, en colaboración con las entidades y comercios del barrio, promueve, pues, que los niños vayan asumiendo cuotas de autonomía personal, responsabilidad y calidad de vida haciendo a pie el camino hasta la escuela de forma segura. Pero eso no es todo: detrás de esta estrategia también se trabajan los valores del respeto, la responsabilidad y la buena convivencia entre toda la comunidad educativa, la ciudadanía, y las entidades y comercios.
Qué hacemos (y qué no hacemos) con el espacio público explicará de qué manera nos relacionamos con el entorno como sociedad. Y, sin duda, el hecho de establecer decenas de rutas urbanas camino de la escuela donde el niño va encontrando personas de confianza potencia la visión del espacio público como un espacio de relaciones interpersonales. No sólo genera un diálogo entre la infancia y el conjunto del barrio, sino que esta mirada relacional del espacio urbano implica necesariamente también la participación de las entidades del territorio, como por ejemplo las personas comerciantes del entorno.
El papel de los y las comerciantes en los caminos escolares
“La ocupación de la calle por parte de los niños genera confianza y seguridad, lo que redunda en una percepción de seguridad colectiva que permite la reapropiación del espacio público por parte de la ciudadanía”, explica el Informe Evaluación del programa Camí escolar, espai amic del Instituto Infancia y Adolescencia del Ayuntamiento de Barcelona. Una visión que complementa Pròsper Puig, comerciante y presidente del Gremio de Carniceros y vicepresidente de la entidad Barcelona Comerç, además de president del Eje Comercial de Sant Andreu: “El comercio de proximidad es de interés general porque es mucho más que un simple intercambio comercial. Hace también un trabajo social, como podría ser iluminar la calle, cuidar del entorno o atender a la ciudadanía”. Y en este plano, la figura del comerciante es capital en los caminos escolares: “El comercio aporta cohesión en el barrio en el momento en que en cierto modo sus límites se difuminan con el espacio público", explica. Y continua: “Los comerciantes colaboramos también, en nuestro día a día, en cuidar desde los más grandes, con proyectos como Radars, hasta los más pequeños, con el Camino escolar. Esto hace que nuestra labor vaya mucho más allá que la de tener un establecimiento en una zona determinada. Si alguien está en la calle y necesita ayuda, los comerciantes siempre estaremos allí”.
Los caminos escolares ayudan a promover una ciudad más cercana a los niños y niñas, impulsando la convivencia, la movilidad sostenible y poniendo en el centro la calidad de vida de las personas y el respeto por el entorno. Precisamente estos son principios compartidos con el comercio de proximidad, un actor que a la vez es imprescindible para el buen funcionamiento de los caminos escolares. Así que ya lo sabéis: la próxima vez que vea una señal de "Camino escolar" puede estar seguro de que, aparte de un centro educativo, también hay cerca comercios de proximidad que, si lo necesita, ¡le echarán una mano!